Ramones se había convertido en una buena fuente de ingresos para todos los integrantes, es por eso que a pesar de llevar una mala relación, la banda continuó por años, inclusive sin dirigirse la palabra como es el caso de Joey (Vocalista) y Johnny Ramone (Guitarrista), problema surgido a raíz de que el guitarrista prácticamente se metiera con la novia de Joey Ramone, y terminaran por casarse, situación que el vocalista jamás pudo superar, pues era un romántico que jamás volvió a encontrar a una pareja como ella.
Llegaba el fin de la banda con un trabajo discográfico impecable en 1995, Adios Amigos, el último disco de los Ramones, que serviría como influencia para la generación de bandas posteriores, principalmente conocidas como “Happy Punk”
¿Qué podemos escuchar?
Una variedad muy rica de Punk Rock, donde podemos escuchar canciones tan felices y melódicas como “Life’s a Gas” o tan pesadas como “Cretin Family”; la banda conservaba el minimalismo con el que se había desempeñado a lo largo de 20 años, bastaba con una base de power chords y una línea vocal de Joey Ramone para dar origen a una pieza auténtica de The Ramones.
En este trabajo escuchamos guitarras que van más allá de los power chords, manteniendo la simpleza musical que ya era tradición en el grupo, pero introduciendo figuras y riffs más trabajados. Y es aquí la riqueza de la banda, pues nunca necesitaron de complejidades para hacer buenos discos como este, convirtiendo su estilo musical en toda una filosofía, misma que todos deberíamos aplicar en la vida: No es necesario hacer cosas difíciles para que sean buenas.
La producción musical llega como anillo al dedo a este trabajo, pues para los años 90 ya se contaba con la tecnología para producir trabajos de mayor nivel. Adios Amigos suena excelente, cada instrumento se distingue perfectamente, creando una masa arrolladora de sonido.
La participación clave de CJ Ramone
C.J. Ramone (Bajo) llegaba a la banda en 1989 para reemplazar a Dee Dee Ramone, y es en Adios Amigos cuando adquiere su papel protagonista, pues es vocalista principal en cuatro canciones del álbum. Su voz nos recuerda tanto a Jonny Rotten como a algunas de las bandas más comerciales de Punk, tales como Green Day o Blink 182.
CJ complementa muy bien el álbum, pues para 1995 la voz de Joey Ramone ya se encontraba desgastada tras 20 años de vivir la vida Punk intensamente. Asimismo, el bajo le da cierta vida a todas las canciones.
La batería de Marky Ramone fue de las partes más beneficiada por la producción del álbum, a cargo de Daniel Rey, gran amigo de la banda con quien ya habían trabajado anteriormente. Escuchamos a este instrumento siempre presente, gracias al magnánimo trabajo de mezcla, donde escuchamos una compresión muy ad hoc al género que la hace mantener un ataque rápido constante.
Si pudiéramos definir este trabajo con una palabra, esta sería energía, pues es inevitable sentir latir rápidamente el corazón en cada una de las canciones, su variedad mantiene al escucha expectante de lo que sigue, incitando al deseo de que nunca se acabe. El trabajo es realmente rápido, pues tiene 33 minutos con 59 segundos de duración.
Ramones decía adios a todos sus fanáticos
La banda más importante de Punk Rock hacía una despedida digna con este maravilloso álbum, donde también escuchamos en la última canción a Dee Dee Ramone (Ex-Bajista) cantar una parte en alemán en “Born to Die in Berlin”.
Adios amigos tiene un equilibrio muy agradable de escuchar: Es emotivo, rápido, pesado y alegre. Tiene canciones para corear como “I Don’t Wanna Grow Up”, y canciones tan rebeldes como “Got a Lot to Say”, lo que lo hace muy fácil de escuchar a 27 años de distancia.
Aunque los Ramones nunca fueron reconocidos en la escena mainstream, hasta años después y con sus reservas, su legado es innegable. Adios Amigos nos transmite la lealtad de los integrantes a su estilo y a su ideología de vida, enmarcando así uno de los discos más importantes en la historia del rock.
¿Y a ti qué te parece este álbum? ¡Déjanos tus comentarios!