El sonido del metal nórdico siempre ha tenido un distintivo, una oscuridad que se percibe a poco tiempo de darle play a cualquier álbum de sus principales bandas… un sonido que ni los americanos ni los británicos han logrado adquirir, pues la frialdad de los países de Europa del norte es única, así como su cultura y sus estructuradas mentes, unos genios que han logrado compartir un poco de su mundo a través de la música.
Estos países por lo general se encuentran en los puestos superiores de economía, calidad de vida, educación y hasta derechos civiles, por lo cual es muy interesante adentrarnos a cómo se hace la música que nos gusta en estas tierras.
El día de hoy comentamos “My Arms, Your Hearse” de la banda sueca Opeth, el disco que consolidó el estilo de la segunda era de la banda, desde nuestro criterio clasificada de la siguiente forma: Era black- prog (1995 -1996), era death-prog (1998 – 2008), y finalmente su era rock-jazz (2011 a la actualidad).
¿Qué podemos escuchar?
Escuchamos el inicio del sonido maduro de Opeth, muy influido por el Black Metal, también originario del norte de Europa. Un balance finamente calculado entre la brutalidad de la voz gutural, misma que predomina, y pasajes melódicos de Mikael Akerfeldt, esta sería la primera vez que escucharíamos la voz limpia de este talentoso músico fuera de serie.
El disco es pesado en su mayoría, muy apoyado por el doble pedal de Martín López en la batería, con un sonido natural, sin mayor edición en la producción, algo que nos agrada bastante ya que el instrumento no está cuantizado de forma robótica o exagerada, manteniendo el sonido de cada pieza del kit de la forma más orgánica posible.
Opeth reafirmaba su estilo añadiendo guitarras acústicas a sus canciones, como lo escuchamos en canciones como “When”, donde por medio de una serie de arpeggios muy bien pensados hacen una pausa que permite al escucha tomar energía para continuar con la brutalidad que ofrece el trabajo.
Death Metal Progresivo
La banda se definía como Death Metal Progresivo, sin embargo, en lo personal los escuchamos en “My Arms Your Hearse” más influídos por el Black Metal, sobre todo en sus riffs de guitarra como el principal de “April Ethereal”, sin embargo, el estilo vocal gutural de Mikael Akerfeldt sí se acerca más a lo propuesto por el Death Metal.
En general, este disco es muy dinámico, y de aquí sus tintes progresivos. Podrás escuchar secciones instrumentales muy interesantes, muy bien pensadas y hasta complejas, siempre rodeadas de una oscuridad que intriga y cautiva, el sonido de cada uno de los arreglos es elegante, se escucha su origen geográfico en todos los temas… una frialdad precisa que en especial gusta a los músicos, pues hay mucho que aprenderles en este trabajo.
Pasando el disco, llegamos a “Demon Of The Fall”, la canción mas pesada de “My Arms, Your Herse” donde escuchamos uno de los guturales más profundos de la carrera de Opeth, apoyados de una fantástica producción que hace que la voz se escuche aún más grande. Posteriormente escuchamos la séptima canción “Creedence”, el punto de inflexión del álbum, un tema misterioso con vocales 100% limpias, que abren espacio para que el bajo (grabado también por Mikael Akerfeldt) salga a relucir como un instrumento protagónico. Lejos de crear una balada, hicieron una canción que emana la mística de una historia donde el dolor, la muerte y el amor conviven en el mismo material.
El primer álbum conceptual de Opeth
Además de la maravilla musical que nos presenta “My Arms, Your Hearse”, es muy interesante como abordan las letras, una historia de amor y muerte que termina con una escena de paz. Se comenta que Mikael Akerfeldt escribió primero la historia y después la música. Muy agradable la forma en la que se conectan las canciones, pues pareciera como si estuviéramos escuchando una sola canción de una hora y dos minutos.
Gran trabajo mayormente progresivo que es propositivo y profundo. Una cátedra de Metal Europeo que vale la pena escuchar en repetidas ocasiones. Sin duda Opeth se encuentra en nuestro top de bandas de metal progresivo junto con Dream Theater y Queensryche.
¿Y tú qué opinas de este disco? ¡Déjanos tus comentarios!