Metal Church es una de esas bandas que se recuerdan con cariño por sus grandes clásicos, que si bien no fueron un éxito comercial, son una joya para todo amante del Rock y el Metal. Hoy hablamos del álbum homónimo de 1984 “Metal Church”, un clásico que en su época fue muy propositivo por haber desplegado una huella de sonido muy peculiar, con un sello característico de la banda.
Metal Church fue lanzado inicialmente de forma independiente, y posteriormente adquirido por Elektra Records para ampliar su distribución. Terry Date se encargó de la producción, quien también ha colaborado con bandas legendarias tales como Pantera, Korn, Overkill, entre otras.
¿Qué podemos escuchar?
Un sonido por demás aterrizado y 100% analógico, Metal Church es pesado, pero mantiene esa insignia del Heavy Metal Clásico, rodeado por guitarras distorsionadas muy al estilo Punk, y estructuras en las canciones donde comparten el protagonismo tanto las vocales, como las guitarras.
La base rítmica le da el poder a este álbum, donde encontramos un bajo y una batería muy amarrados con un estilo muy “Rockero”, la batería en especial se escucha muy precisa y perfectamente bien seteada para sonar perfectamente en la producción. Las armonías son oscuras y pesadas, y acompañadas de la increíble voz de David Wayne, que sin duda alguna tiene influencias de grandes vocalistas tales como King Diamond y hasta Brian Johnson de AC/DC, unos arreglos vocales que pasan por el falsete, hasta llegar al inicio del gutural, todo esto acompañado con un rango muy alto, pero también balanceado a rangos bajos tal cual se puede escuchar en “Battalions”
Los solos de guitarra son muy interesantes, donde podemos escuchar algunas influencias de Iron Maiden, sobre todo en “(My Favorite) Nightmare), que comienza con una serie de armonías, para culminar con un solo lleno de energía y esplendor. El trabajo de Craig Wells en la guitarra principal es muy bueno, pues es dinámico, y sus cambios te tempo y de textura (Distorsión y guitarra limpia) son muy disfrutables y diferentes.
Un speed metal que no para...
El disco es veloz y sin pausa, con un doble bombo muy al estilo del Speed Metal, o bien del Power Metal, tal cual lo podemos escuchar en la pieza instrumental del disco llamada “Merciless Onslaught”, un track que combina distintos géneros del metal, pasando por el Heavy, el Thrash, el Speed y hasta el estilo icónico de Mötorhead, sobre todo en su álbum “Overkill”. El álbum da un respiro con “Gods of Wrath”, donde podemos escuchar guitarras limpias tipo “Balada”, acompañadas de una voz mucho más tranquila, pero que en su coro explota con la energía pura del Heavy Metal.
La banda combina a distintos de sus héroes musicales, donde su influencia es Innegable, sin embargo, a pesar de esto, Metal Church logró consolidar su sonido a lo largo del álbum, y esto es gracias a la voz de David Wayne y a los riffs de Craig Wells. Podríamos categorizarlos como la corriente que siguió del Heavy Metal clásico de Judas Priest o de Black Sabbath.
En la época que salió este disco, el Thrash Metal estaba en su cuna, por lo cual podemos darle mérito a Metal Church por no seguir con la tendencia del momento, sino por hacer realmente la música que ellos querían, a esto también podemos atribuirle su falta de éxito masivo.
El cierre de oro de su álbum homónimo
Metal Church cierra con “Highway Star”, un cover de la legendaria banda británica Deep Purple, el cual lo lograron hacer por demás pesado, creando una versión muy a su estilo que le brindó a la canción una energía muy especial que te hace escucharla una y otra vez sin ser cansado, acelerando su tempo para compactar la canción.
El álbum se disfruta de inicio a fin, su producción es muy buena, inclusive podemos escuchar su sonido “lento” en los procesadores analógicos durante la grabación y su mezcla. Sin duda un clásico que no es muy conocido a niveles masivos, pero que vale la pena escuchar por su gran calidad.
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