Tras 5 álbumes, Journey llegaba a 1980 para demostrar la gran banda que eran, llegando a mas escuchas con Departure, un álbum de tremendo nivel de ejecución y composición que marcaba el inicio de grandes cosas que estaban por venir. Steve Perry (Voz) se había convertido ya en el líder de la banda, siendo este su tercer disco con ellos, por su parte, este sería el último álbum de estudio de Gregg Rolie (Teclados) con Journey.
¿Qué podemos escuchar?
Un estilo que definiría como conocemos popularmente a Journey hoy en día: Vocales de altísimo nivel, guitarras distorsionadas que pasan por riffs, acordes elegantes y solos con delay, teclados digitales y baterías que amarran a la banda.
Excelente el trabajo de Neal Schon (Guitarra), quien en todo momento aparece con genialidades en su instrumento, aprovechando los silencios para introducir alguna figura o solo. El disco es muy “Guitarrístico”, pues después de las vocales de Steve Perry, lo que más luce es la guitarra de Neal. Todos y cada uno de los solos de guitarra del disco tienen un sentido perfecto, utilizando varias técnicas como armónicos, whammy, bending, entre otros, acompañados de una delicada selección de efectos. Las guitarras pasan de distorsiones pesadas pero equilibradas mayormente (algo innovador para la época), a guitarras limpias con delay y reverb, muy al estilo de bandas como Boston.
Escuchamos una producción que se adentraba a los años 80, por supuesto más pegada a lo orgánico de los años 70, pero con destellos de lo que escucharíamos a nivel de estudio en los años consecuentes.
La interpretación perfecta de Steve Perry
Departure es el álbum que ponía a Journey como uno de los grandes en el rock, pero especialmente a Steve Perry, quien poseía una técnica vocal prácticamente perfecta, inclusive podríamos compararlo con grandes como Freddie Mercury. Recordemos que para 1980 no existía ningún software o algo parecido a lo que hoy conocemos como “Autotune”, cosa de reconocerse en todos los artistas anteriores a 1998, año donde se inventó esta herramienta de producción vocal.
Perry presentaba una afinación perfecta en todas las canciones, además de poseer un rango vocal muy alto que le permitía producir melismas tan alto como él quisiera, complementando a los excelentes solos y riffs de Neal Schon.
Departure cierra con emotividad, específicamente en canciones como “Good Morning Girl” y “Stay Awhile”, un par de baladas donde los arreglos orquestales le dan un toque más de elegancia al trabajo discográfico, siendo la cereza del pastel, para posteriormente cerrar con “Homemade Love”, una canción con riffs divertidos y baterías muy al estilo John Bonham.
Journey se consolidaba como un grande
Su hit “Anyway You Want It” los ponía en posiciones privilegiadas, donde la banda comenzó a ser conocida a nivel mundial, pues la alineación (que aunque posteriormente sufriría cambios), se había adaptado a sonar de forma incomparable, pues contaba con prácticamente todo a nivel musical. Sin duda un álbum clásico que ofrece mucho, sobre todo si se escucha con detenimiento, pues son los pequeños gestos lo que lo hacen aún más especial.
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