
Dire Straits, una gran banda británica cuya carrera sería relativamente corta comparada con otras agrupaciones de su talla, limitándose únicamente a lanzar 6 álbumes de estudio desde 1978 hasta 1991, factor que en definitiva influyó para que su éxito se mantuviera vigente a través de los años, pues desde nuestro punto de vista, pudieron haber sido tan grandes como bandas como Pink Floyd, solo por mencionar solo algún ejemplo.
El día de hoy comentamos su cuarto álbum de estudio, “Love Over Gold”, el más instrumental y atmosférico de los liderados por el mítico guitarrista Mark Knopfler, lanzado en 1982 y con la novedad de que se integraba a la banda el tecladista Alan Clark.
Imaginamos que las sesiones creativas de “Love Over Gold” fueron por demás provechosas, pues se conoce que se cedió el tema “Private Dancer” a Tina Turner y quedaría fuera del álbum, lo mismo con “The Way It Always Starts”, que acabaría siendo usada para la película “Local Hero”.
¿Qué podemos escuchar?
Podemos escuchar el disco más experimental de la banda, lleno de atmósferas instrumentales. Muchos lo consideran inclusive como un álbum de Rock Progresivo debido a esta creación de capas sonoras. Podemos escuchar una canción casi instrumental, con Knopfler recitando una serie de versos, “Private Investigations”, posiblemente el momento más progresivo del trabajo, que nos mantiene expectantes de qué va a ocurrir a continuación.
La incorporación de Alan Clark fue clave para que “Love Over Gold” suene como suena, pues su colaboración puede ser tan espacial como la anteriormente descrita, o tan “Rocker” como “Industrial Disease”, la canción que regresa a la banda a sus raíces de Hard Blues comandado por su líder Mark Knopfler, quien nos deleita con su especial técnica de guitarra tocada con sus dedos de la mano derecha, una técnica poco explotada por guitarristas contemporáneos, misma que le dió a Dire Straits toda su reconocible esencia.
“Love Over Gold” fue un esfuerzo exitoso por experimentar con nuevos sonidos, nos agrada que a pesar de que las canciones tienen una duración larga, el trabajo no cae en lo tedioso o en lo aburrido, y esta característica se debe a que la producción del trabajo estuvo muy bien pensada, otorgando una riqueza de sonidos discretos que salen a relucir entre más se escucha el álbum.

El momento reflexivo de "Love Over Gold"
Pasando la mitad del disco nos encontramos con su penúltima canción, la homónima “Love Over Gold”, una de las canciones más hermosas de la banda, donde juegan con las atmósferas para crear pasajes sumamente melódicos enriquecidos con obligados y cortes de su entonces nueva tendencia progresiva, donde a forma de jam la banda comienza a crecer y crecer transmitiendo al escucha la química que rondaba entre los miembros de la banda.
En el tema “Love Over Gold” podemos decir que Alan Clark reafirma su ingreso a la banda, con un outro de teclado completamente solo, una muestra de respeto y admiración hacia el nuevo integrante de Dire Straits que llegó a proponer un nuevo sonido, algo similar hoy en día desde el ingreso del tecladista Jordan Fish a la famosa banda británica Bring Me The Horizon, quienes a partir de su incorporación se notó la transformación positiva del sonido de la banda.
Posterior a la reflexión de “Love Over Gold” escuchamos “It Never Rains”, una canción con una vibra muy positiva y necesaria después del tema homónimo, hablando en cuanto a instrumentación, lo cual nos deja la reflexión de que siempre sale el sol después de la neblina, una canción que representa a la perfección la intención del álbum, con un outro que cuenta una larga y agradable ehibición del feeling y estilo guitarrístico de Mark Knopfler.

Love Over Gold: Un álbum para contemplar
Este álbum es un clásico de alto calibre premium que se disfruta sin complicaciones, tal cual como se hace con una pintura de un gran artista, esa que te provoca paz al mirarla, pero entre más la contemples, más pensarás en cómo habrá logrado todas y cada una de las texturas, cada color y cada pincelada, así es Love Over Gold, un álbum que refleja un paisaje relajante, pero que en ocasiones te sumerge en sus tormentas para al final regresarte al mismo paisaje, pero remojado en el agua restante.
¡Todo nuestro respeto para Dire Straits! Una banda que siempre se mostró diferente y que ahora queda como un clásico de vieja escuela para tomar nota y disfrutar.
¿Y tú qué opinas de este trabajo? ¡Déjanos tus comentarios!