Es impresionante la influencia de Alice Cooper en el llamado “Shock Rock”, de la misma corriente a la que teóricamente pertenecen las bandas como Kiss, Rammstein, Slipknot, entre otras, donde más allá de la música, el término se refiere a las increíbles producciones en vivo que las bandas de rock tenían como diferencial, utilizando principalmente elementos del teatro para crear una experiencia 360. Alice Cooper fue de las primeras bandas (sí, pues el proyecto comenzó siendo una banda) en crear este tipo de experiencias que impresionaban al público, siendo influencia clara y directa para Kiss.
Hoy comentaremos “Killer”, un álbum clásico de la banda donde se comenzó a escuchar un sonido más consolidado, manteniendo sus orígenes teatrales.
¿Qué podemos escuchar?
Una obra teatral de Rock, acompañado de una muy buena instrumentación que suena totalmente a la época, sin duda “Killer” es un clásico que evoca cierta nostalgia cuando lo escuchas, pues prácticamente se realizó con los instrumentos básicos del género, acompañado de algunos sintetizadores. Este tipo de trabajos reflejan la actitud y el talento de las bandas, pues al no existir mayores técnicas de edición fina en los estudios, la responsabilidad y el compromiso de los músicos era aún mayor, de tal forma que la interpretación juega un papel importante.
La voz de Alice Cooper es dramática, explosiva y a la vez muy punk, como se puede escuchar en “You Drive Me Nervous”, pues a él mismo pareciera como si le importara más comunicar su mensaje, que evocar a una técnica vocal de virtuosismo, esto sumado a los disruptivos pasajes de la banda es oro puro, “Halo of Flies” por ejemplo, demuestra lo bueno que era Alice Cooper en su concepto de banda, pues hay espacio para todos, inclusive podemos escuchar algunas disonancias en el intro, algo que no muchos se atreven por la complejidad que resulta proponer estos sonidos sin caer en lo experimental.
El balance del álbum viene con “Desperado”, una canción que dedicaron al fallecido Jim Morrison de The Doors, donde escuchamos a la banda con un intro muy al estilo balada, para posteriormente convertirse en una canción con mucha dinámica y un arreglo de cuerdas que le da variedad al trabajo.
Un sonido clásico...
El sonido analógico de la época es inconfundible, pero lo que hace a “Killer” especial además de esto, es la tremenda instrumentación, un rock muy diferente dentro de lo que consideramos como clásico, pues los pasajes instrumentales son muy diferentes a lo que la época presentaba, por ejemplo en “Dead Babies”, con un bajo muy lucidor que se escucha cálido, con mucho ataque, y que básicamente lleva el orden en toda la canción, posiblemente esta sea nuestra canción favorita del álbum, pues cuenta con una influencia muy beatle y marca diferencia con riffs de guitarra que son memorables.
Hablando de guitarras y bajo, Alice Cooper como banda siempre tuvo un sonido distintivo en estos instrumentos, se sentía la química en esta banda, que en ocasiones hasta se atreve a jammear en medio de la grabación tal cual se aprecia en “Killer”, la canción que da cierre al álbum, con mucho blues de por medio, y con guitarras que salen de lo convencional para experimentar con más armonías, mismas que en ocasiones vuelven a ser atonales.
“Killer” cierra muy bien con esta canción que le da vida al teatro, al terror, al drama, y que al mismo tiempo deja a un monstruo vivo que promete regresar con más música.
El comienzo de una serie de éxitos
“Killer” representa el inicio de un legado, que aunque posteriormente la banda se disolviera y continuara como un proyecto solista, este “formato” siempre se recordará con nostalgia, pues lograron marcar diferencia tanto el sus shows en vivo, como en sus álbumes de estudio, mismos que cabe destacar aquellos que fueron producidos por el gran Bob Ezrin, productor icónico de la década de los 70’s que trabajó con increíbles bandas tales como Kiss, Kansas, entre otros.
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